¡Y terminó la Semana Menesiana en nuestros Centros!… Parece que se avecina la vuelta a la rutina, a lo de siempre… Pero … ¿Nos ha quedado algo de estos días?¿Nos ha merecido la pena?…
Juegos, dinámicas, tutorías, pregón de fiestas, encuentros, celebraciones, … Detrás de cada una de ellas rostros de alumnos, educadores, catequistas y hermanos y familias, que hemos caminado juntos, disfrutado, ¡y como no!, robando horas a nuestro sueño… Cuánta generosidad y entrega, cuánta disponibilidad la de aquellos que habéis hecho posible, un año más, celebrar aquello que nos une. La pasión por educar a los niños y jóvenes, al estilo de Juan María.
Nuestros alumnos/as son el centro, ellos están llamados a ser los protagonistas, y con ellos debemos tejer esos lazos, que les permitan descubrirse queridos de forma incondicional. La celebración de nuestra Semana Menesiana es por ellos, y a ellos les dedicamos toda la pasión y esfuerzos que hemos dedicado.
¿Y mañana?… La grandeza de la rutina, que es sembrar lo cotidiano con esos mil gestos menesianos nuestra tarea diaria:
- Empezar de cero con ellos cada día,, practicando ese perdón que tanto echamos de menos.
- Cuidar las relaciones en nuestro centro, cultivando lazos, ofreciendo espacios, entrenando la escucha…
- Centrarnos en los más débiles y necesitados, pues sabemos que son las prioridades de un Dios con entrañas humanas, ¡de Padre!
- Aprender a estar entre nuestros alumnos, queriéndoles como son, sabiendo que nos queda mucho por aprender de ellos.
- Y levantar el ánimo de los caídos… con dedicación, con ternura, ofreciendo nuestro tiempo, nuestra profesionalidad, nuestro apoyo…
¿Acaso hay tarea más noble que ésta cada día? ¡Bendita rutina!, que nos recuerda que solo educan los que son capaces de querer a sus alumnos, y nos lleva a vivir con pasión y confianza cada día. ¡Feliz fin de Semana Menesiana!
Deja un comentario