Nacho, hermano.

natxo menesianoQuerido amigo/a:

A pesar que comunicarse por carta hoy en día es algo que se considera trasnochado, antiguo, soy un hermano menesiano que quiere aprovechar esta semana de fiestas del Centro para compartir con todos vosotros aspectos de mi vida que considero importante y de las que no suele ser fácil hablar.

Los educadores acabamos el curso sabiendo muchas cosas de vosotros, ¡somos afortunados! Que si entrevistas, informes, conversaciones informales… Con esta carta quiero que sepáis algo más de nosotros, que conozcáis algo más de quien es un hermano menesiano. Me dispongo a explicaros qué es eso de ser hermanos, que hacemos, como vivimos  y porqué

¿Cómo acabé de hermano menesiano? Esto es difícil de explicar brevemente, hay un motón de experiencias que vive uno, que le hace plantearse que ser hermano le puede hacer feliz, que es lo busca uno principalmente en la vida, ¡digo yo!

Cuando tenía unos dieciseis años yo tenía un sentimiento interior muy claro que sólo iba ser feliz dándome a los demás, haciendo feliz a la gente que me rodeaba, y que quería,… esto unido unos años más tarde a descubrir la educación como un campo profesional que me atraía me ayudó mucho a acercarme a todo lo menesiano. Lo que realmente me empujó a decidirme a hacer una experiencia con los hermanos menesianos fue una experiencia de fe, religiosa, que me marcó definitivamente hasta hoy… fue la experiencia de descubrirme querido incondicionalmente, gratuitamente por Dios, por muy canalla, imperfecto que yo fuera, descubrí que Dios siempre ponía a mi lado alguien que me hacía verme de otra manera, más positiva, más alegre, más plena,… y me dije a mi mismo que no había tarea más noble y completa que hacerme hermano de quien no lo espera… y hasta hoy…

Pero ¿qué es eso de ser hermano menesiano? Pues básicamente un grupo de hombres que se comprometen a vivir en Comunidad, en pobreza, en obediencia y en castidad; y lo hacen porque comparten una pasión: la de educar y dar a conocer con sus vidas que el amor de Dios no tiene fronteras.

Vivir en comunidad, no sólo es vivir juntos, sino compartir lo que uno tiene, hace y vive cada día, demostrando que personas que no se eligen son capaces de aceptarse y quererse, por esa pasión de educar. Y aunque hay diferencias, discusiones y dificultades como en toda familia, somos capaces de superarlas.

¿Qué es eso del voto de pobreza? La pobreza, en sí misma, no es valor, nadie la quiere, no es buena para nadie. Este voto se entiende como un compromiso de austeridad compartida y solidaria. Los hermanos compartimos los bienes, no tenemos propiedades a nuestro nombre, yo no tengo “mi “casa, “mi coche”,… sino que todos los bienes están al servicio de mi compromiso en la tarea de educar. Este voto es un compromiso de vivir de forma sencilla y de estar al servicio de quien más nos puede necesitar.

El voto de obediencia no es hacer caso al que manda. Si no es comprometerse a estar siempre disponible a hacer lo que sea necesario para realizar lo mejor posible nuestra tarea de educar. Es cierto que cada comunidad tiene un superior, pero su tarea es la de animar y apoyar a cada hermano y asegurar la mejor organización de la comunidad.

Sin duda alguna el voto que más suele llamar la atención es el voto de castidad o celibato. Es decir, para vosotros, no practicar el sexo, cosa que a muchos os parece algo imposible. Lo primero que tengo que deciros es que el sexo, el placer sexual, es un gran valor que aporta mucho a la persona, aunque yo tengo muy claro que no es un valor absoluto, hay mucha gente que por distintos motivos(enfermedades, accidentes, o por opción …) no pueden practicarlo y sin embargo son personas felices y plenas. Este voto expresa el compromiso que libre y voluntariamente los hermanos asumen de vivir su afectividad, es decir, su capacidad de amar y dejarse amar, al servicio de aquellos que son menos amados, o rechazados en la sociedad y en el mundo de hoy. El celibato es una forma de expresar nuestro amor y de mostrar cómo nos ama Dios a todos de forma incondicional y gratuita. Nos hace libres para comprometernos donde más nos pueden necesitar, sin que nos ate nada ni nadie. Hoy estoy en Valladolid pero el año que viene puedo estar en Bolivia.

Me resulta difícil hablar de todo esto… pero creo que es mucho más fácil vivirlo para aquellos que son felices con esta opción de vida, cuya finalidad es comprometerse todos los días con vosotros, educando, acompañando y haciendo que saquéis lo mejor de cada uno de vosotros para posibilitar un futuro mejor, vuestra felicidad.

Junto a los hermanos hay otros educadores y educadoras que comparten con nosotros el mismo estilo de educar menesiano, que comparten la misma pasión y lo hacen desde otras opciones de vida diferentes, algunos solteros, otros casados y con familia, pero todos compartimos esa misma ilusión y ganas de poner lo mejor de nosotros mismos cada día, y de educar creando lazos que nos hace mejores personas.

Me despido de dos maneras, por un lado, recordando que hace ya muchos años decía Juan Mª de la Mennais (Fundador de los Menesianos) a los hermanos: “Los alumnos son sagrados para vosotros”, es decir, hagáis lo que hagáis, digáis lo que digáis en vosotros está Dios ¡enhorabuena! Y por otro, pediros perdón, por las veces que no somos capaces de trasmitiros todo esto que estamos llamados a ser y vivir.

Agradeciendo vuestra atención y respeto, un saludo fraterno,

Natxo, hermano menesiano

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