Los finales de cursos son trepidantes, todo parecer que acompasa con ritmo rápido, casi sin darnos cuenta estamos con notas entregadas, actas firmadas, memoria hechas, fotos, despedidas, celebraciones, … Pero aquí no acaba todo, para muchos no acaba más que empezar una aventura cargada de sorpresas, incertidumbres, deseos de encuentro, y de vivir experiencias que luego queda en nuestro disco duro, en nuestro interior, como experiencias que nos tocan el corazón.
Llega el tiempo de compartir y vivir a tope en los Campamentos, Campos de trabajo, y rutas volantes menesianas… Todo un espacio de crear lazos, de crecer juntos, aprendiendo unos de otros. Experiencias que son posibles gracias a quienes, por opción, vocación y dedicación, decidimos apostar por los chavales, niños y jóvenes, acompañando, alentando, despertando, un deseo de búsqueda y de encuentro.
Gracias a ese grupo de animadores, laicos y hermanos, que con sencillez, esfuerzo y dedicación, hacéis posible durante quince días, que los niños y jóvenes vivan con intensidad y pasión estos días de julio. Por unos días, nos hacemos niños, tirándonos por los suelos, pintándonos las caras, y compartiendo sin complejos vida, inquietudes, experiencias … Es así, como se nos regala Dios, y es aquí, donde estamos urgidos a descubrirlo y sabernos profundamente acompañados por ese Amor, que alienta tanta generosidad ofrecida. ¡Gracias por vuestro tiempo ofrecido!, ¡Tiempo cargado de vida!
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